Documento elaborado por la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos
de Madrid con el de “reducir al mínimo el número de inmovilizaciones
terapéuticas e incluso llegar a su desaparición”. Plantea cuatro principales
situaciones en las que se podría utilizar este tipo de prácticas:
prevención de lesiones en el paciente o a terceras personas (agresiones,
caídas, etc.), prevención de posibles daños materiales y evitar la interrupción
de medias terapéuticas instauradas como sondajes u otros sistemas de soporte
vital. Asimismo, señala como contraindicaciones, como su empleo en situaciones
de carencia de personal o como medida de castigo. Por otra parte, el documento señala que “debe existir un documento de
autorización o denegación en el que conste para qué se indica, el motivo,
la duración prevista, los medios a utilizar y la firma del familiar o
representante y la del médico que realiza la indicación”. En el caso de que
no hubiera consentimiento, si se considera que el rechazo no responde al mejor
interés del paciente se solicitará la autorización o no de la medida por parte
de una autoridad judicial.
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