David
Noriega recoge en El Diario la sobrecarga que
provocan en los juzgados de familia algunas disputas sobre hijos de parejas
separadas como ir de viaje, hacer la comunión o apuntarse a una extraescolar.
Se trata de decisiones propias de los padres, pero que, cuando tras una
separación existen discrepancias irreconciliables entre ellos, llegan a tener
que dirimirse en un juzgado de familia, generando una
saturación que los letrados expertos en la materia relacionan con la entrada en
vigor, en 2015, de la Ley de Jurisdicción Voluntaria.
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