Un
estudio de Kruk y colaboradores publicado en The Lancet basándose
en los datos de 137 países en 2016 concluye que la atención médica deficiente
mata al año a cinco millones de personas, y la falta de ella, a 3,6 millones.
El conjunto de la desatención y la atención deficiente genera, por tanto, 8,6
millones de muertes que podrían considerarse evitables y que suponen ocho veces
más que las causadas por la infección VIH. Comentario de Patricia Peiró en El País.
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