Los
autores de este trabajo publicado en JAMA se preguntan si el uso de
antipsicóticos en niños y jóvenes con trastornos diferentes a la psicosis
(TDAH, trastornos de conducta, depresión) se asocia con mayor riesgo de muerte
inesperada (se descartan muertes por lesiones y suicidios).
Encuentran que los niños y jóvenes, entre 5 y 24 años, que comenzaron la terapia antipsicótica y recibieron dosis superiores al equivalente de 50 mg de clorpromazina, tuvieron un riesgo 3.5 veces mayor de muertes inesperadas, pero no un mayor riesgo de muerte por lesiones o suicidios.
Los hallazgos del estudio sugieren que el uso de antipsicóticos se asocia con un mayor riesgo de muerte inesperada y refuerzan las recomendaciones para la prescripción y el seguimiento cuidadosos del tratamiento antipsicótico en niños y jóvenes. Subrayan además la necesidad de realizar estudios de seguridad de tratamientos antipsicóticos más amplios en esta población.
Encuentran que los niños y jóvenes, entre 5 y 24 años, que comenzaron la terapia antipsicótica y recibieron dosis superiores al equivalente de 50 mg de clorpromazina, tuvieron un riesgo 3.5 veces mayor de muertes inesperadas, pero no un mayor riesgo de muerte por lesiones o suicidios.
Los hallazgos del estudio sugieren que el uso de antipsicóticos se asocia con un mayor riesgo de muerte inesperada y refuerzan las recomendaciones para la prescripción y el seguimiento cuidadosos del tratamiento antipsicótico en niños y jóvenes. Subrayan además la necesidad de realizar estudios de seguridad de tratamientos antipsicóticos más amplios en esta población.
Fuente: JAMA
Psychiatry

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