La adicción a los videojuegos es definida
en el borrador de
la CIE-11 de la OMS como un patrón de comportamiento de juego caracterizado
por un control deficiente sobre los juegos, dando una prioridad creciente a
jugar sobre otras actividades, de tal modo que prevalece esta actividad sobre
otros intereses y actividades diarias, con continuación o escalada del juego a
pesar de la ocurrencia de consecuencias negativas.
Para hacer el diagnóstico de adicción a los
videojuegos, el patrón de comportamiento debe ser lo suficientemente severo
para resultar en un deterioro significativo en áreas personales, familiares,
sociales, educativas, ocupacionales u otras áreas importantes de funcionamiento
y ha estado presente durante al menos 12 meses.
La
revista online The Lancet Psychiatry acaba de publicar una editorial sobre
la polémica que supone añadir un nuevo diagnóstico en laCIE-11. Se pregunta: ¿Qué
significa esta nueva clasificación para los pacientes? Un diagnóstico puede
ayudar a los pacientes a obtener tratamiento, especialmente en países con
cobertura de salud universal. Pero a veces un diagnóstico no es útil. ¿El
desorden de juego es una sola condición? ¿Hay alguna diferencia entre las
personas que juegan juegos con amigos, en cuyo caso el juego podría ser la
actividad social preferida, y las personas para quienes el juego es el único
elemento relevante? Si el trastorno del juego es un síntoma de un problema
subyacente más amplio, la gestión del paciente debe incluir no solo el
comportamiento del juego sino también las relaciones con la familia, la escuela
y los compañeros. Muchos problemas de salud mental están asociados con factores
de riesgo socioeconómicos generales y la colocación de una etiqueta diagnóstica
específica puede conducir a un enfoque limitado en los síntomas sin tener en
cuenta el panorama general. La psiquiatría no necesariamente necesita más
diagnósticos, sino más útiles que ayudan a los médicos y pacientes a determinar
los mejores resultados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario