15 de febrero de 2018

La Asociación Española de Neuropsiquiatría rechaza las modificaciones de la especialidad actual de psiquiatría


La Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN) acaba de publicar en su web su postura respecto a la propuesta del Gobierno (ver documento). Hace unos días ya se pronunció la Sección de Psiquiatría Infantil de la junto con las dos sociedades de psiquiatría infantil (ver noticia). En aquellas alegaciones no se mencionaba nada de los cambios en la especialidad actual, aunque se defendía la creación de la especialidad de psiquiatría infanto-juvenil. La posición de la AEN expresada ahora es clara: rechazo a cualquier modificación del status quo actual de la especialidad de psiquiatría.

Esta es su argumentación principal:



Respaldan la posición de SEPYPNA, AEPNYA y la sección de la AEN de psiquiatría infantil. 


A continuación reproducimos literalmente el escrito (negritas en el original):


En lo relativo al procedimiento de homologación:

La experiencia con la homologación de otras especialidades de la Salud Mental como la Psicología Clínica y la Enfermería de Salud Mental, indica que se pueden dar múltiples circunstancias particulares que no pueden recogerse en el RD. Más en este caso en que los especialistas que ya han tenido un proceso de formación reglado y que hay trayectorias profesionales muy diversas en función de la organización asistencial. Por eso creemos que se ha de habilitar a la Comisión de la Especialidad o si se prefiere a la Comisión Delegada para interpretar la aplicación de la norma a cada caso concreto, de acuerdo con unos criterios generales que serían:
  1. Los periodos de tiempo necesarios para la acreditación para los profesionales que estén trabajando en el área, deben contabilizarse sobre un periodo total de 4 años (y no 5), que es el necesario para la especialidad hasta ahora.
  2. Considerar la situación particular de los profesionales que hayan compatibilizado la dedicación a la Psiquiatría Infantil y ampliar los plazos para cumplir los requisitos.
  3. Considerar la situación de los residentes de psiquiatría actuales y sus opciones si deciden cambiar de especialidad.
  4. La exigencia de acreditar “actividades formativas que se determinen en el programa” ha de considerar los escenarios asistenciales reales en el momento de entrada en vigor y no los requisitos del programa para los futuros especialistas.
  5. La exigencia relativa a las publicaciones debería ser un mérito en caso de duda y no un requisito.
  6. Habilitar a la Comisión para proponer actividades formativas o requisitos complementarios para los casos dudosos o denegados.

Respecto al nombre y la definición

Entendiendo que es un aspecto que puede modificarse en otros momentos del proceso, la creación de la nueva especialidad no requiere la modificación del nombre de la actual. Tampoco es necesario que la norma defina el perfil del especialista que viene determinado por el programa y sus competencias.

Respecto a la memoria económica

Esta memoria se basa en gastos muy detallados pero simples, sin incluir costes indirectos y una estimación de profesionales basada en la reposición sin prever el desarrollo de nuevos servicios. La reducción a 185 plazas de las 241 actuales resulta alarmante porque va a suponer mermas asistenciales derivadas de la escasez de especialistas que generarán costes no evaluados. En tanto no se haga una valoración más rigurosa el número de plazas debería mantenerse ligado a la oferta actual de las unidades docentes con el adecuado reparto entre ambas especialidades.

Agradecemos que se tengan por presentadas estas alegaciones con el convencimiento de que facilitarán el objetivo compartido de disponer de la nueva especialidad.

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