Después de muchos
años y muchos avatares administrativos parece que se ve a crear la especialidad
de Psiquiatría infanto-juvenil. Es algo lógico y razonable pues en la gran
mayoría de los países desarrollados existe tal especialidad. Las particularidades
de la práctica clínica con niños y adolescentes justifica la creación de esta
nueva especialidad. Hasta ahí todo correcto.
El problema empieza con
la situación en que queda lo que hasta ahora ha sido “Psiquiatría”, o lo que
algunos llamaban “Psiquiatría general”. Nos acabamos de enterar que el
Ministerio de Sanidad ha creado un proyecto de Real Decreto en el que, por un
lado, se crea la especialidad de Psiquiatría infanto-Juvenil, y por otro,
cambia la denominación de “Psiquiatría” a la de “Psiquiatría de Adultos”. Cabe
entonces preguntarse por la lógica de este cambio y las implicaciones que puede
tener en el futuro. Nos han informado que en la actualidad hay unos cuatro mil
psiquiatras en España, y se estima que, de estos, unos 350 se dedican a la
Psiquiatría Infantil. Cuando se apruebe el Real Decreto se espera que estos 350
psiquiatras infantiles soliciten que se les reconozca la especialidad de Psiquiatría
infanto-juvenil. Tendrán entonces dos títulos el de Psiquiatría general (o de
adultos según como quede) y el de infanto-juvenil.
El problema está en
los 3650 psiquiatras restantes que pasaremos de ser psiquiatras (en general) a
psiquiatras de “adultos”. Nos parece que este planteamiento no es razonable ni
justo. La especialidad de Psiquiatría general va a incluir formación en las
diferentes subespecialidades incluida la infanto-juvenil, por lo que resulta ilógico
que se acote con el nombre de “adultos” su ámbito de actuación. Por otro lado,
hay otros grupos etarios (ancianos) que también podrían quedar fuera de la Psiquiatría
(todavía general).
Consideramos que no
es aceptable el modelo que propone el Ministerio y los asesores que le han
llevado a esta propuesta. Es necesario que las sociedades científicas se
movilicen en favor de los miles de profesionales de la Psiquiatría general, y
se reconozca su polivalencia sin criterios administrativos excluyentes. Desde
la SEPL defendemos que se mantenga la denominación de “Psiquiatría” sin más en
la especialidad que no es “Psiquiatría infanto-juvenil”.
Por supuesto,
apoyamos la creación de la especialidad de “Psiquiatría infanto-juvenil”.
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