Guillermo
Lahera Forteza comenta en El País cómo de la misma
manera que se ha generado una visión amable y solidaria de la depresión, los
trastornos psicóticos siguen teniendo una mala imagen social. Dado que afectan
al 3% de la población y representan la tercera causa de discapacidad médica
entre los 15 y los 44 años, el hecho de que para muchas personas ajena al campo
profesional la palabra psicosis evoque aún la aterradora silueta de un Anthony
Perkins muy alto, con peluca de mujer y un cuchillo en la mano” significa que
estos cuadros siguen asociándose al “miedo, el espanto, lo impredecible, lo
siniestro”. Este estigma es para el autor algo que lleva a comprender que el
paciente psicótico sea reticente a aceptar tener este trastorno, porque
socialmente significa poco menos que encarnar las fuerzas de mal y del peligro.
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