Reflexión
de Rogelio Altissent en Diario Médico en torno al
caso del niño británico con un padecimiento incurable en torno al cual hubo una
discordancia entre la valoración médica y los deseos de los padres. El autor
concluye que el llamado caso de Alfie ha sido un fracaso de comunicación en la relación clínica que ha llevado
a una judicializacion donde todos salen perdiendo, con un exceso de sufrimiento
añadido que se debería evitar cuidando la “humanización” de la asistencia.
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