La
Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en
inglés) en una declaración emitida en noviembre de este año, enfatiza el protagonismo
del alcohol como una causa probada de muchos cánceres.
Este punto de vista no es novedoso, pues ya hace 30 años que
un grupo de trabajo de la Agencia Internacional para la Investigación del
Cáncer determinara que las bebidas alcohólicas son cancerígenas para los
humanos.
El alcohol está relacionado causalmente con los cánceres del
tracto aerodigestivo superior (cavidad oral, faringe, laringe, esófago, cáncer
de colon, hígado y mama.
Por ejemplo, un aumento de tres veces en el límite de
alcohol recomendado aumenta el riesgo de cáncer de esófago ocho veces, lo que
lleva a estimaciones de que tres cuartas partes de los cánceres de esófago se
deben al alto consumo de alcohol. Debido a que el cáncer de esófago tiene una
tasa de supervivencia a 5 años de menos del 10%, la prevención es primordial.
Los autores proponen que se introduzcan intervenciones
regulatorias para el acceso, los anuncios y el coste unitario que han
demostrado que reducen el consumo de alcohol; y que al igual que el tabaco, las
bebidas alcohólicas incluidas las botellas de Château Mouton Rothschild, que
una vez llevaron la obra de Salvador Dalí y Pablo Picasso, puedan llevar
envases sencillos e imágenes de cáncer de esófago o un hígado cirrótico.
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