En el Canadian
Journal of Psychiatry, Simpson comenta la posibilidad de que la ley sobre
asistencia médica para morir, que lleva un año en vigor en Canadá, pudiera
extenderse a personas cuyo problema de salud para solicitar esa asistencia sea
exclusivamente una patología psiquiátrica grave. El autor considera la cuestión
desde las perspectivas ética y clínica y concluye que la extensión de esta
medida a personas con enfermedad mental no es ética, no es necesaria y no
cuenta con el apoyo de la práctica u opinión psiquiátrica profesional en la
actualidad.
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