Traducimos
libremente como agotamiento de la compasión la “compassion fatigue” que viene haciéndose hueco en la bibliografía para
referirse a la pérdida de la capacidad de compasión que experimentan los
profesionales que trabajan directamente con víctimas de acontecimientos
traumáticos (se denomina también, por ello, Estrés Traumático Secundario). El
concepto se ha extendido al cansancio físico y emocional de los profesionales y
allegados que atienden a personas enfermas en general, que comporta una gradual
pérdida de sensibilidad ante las circunstancias y el relato de los pacientes,
una reducción de la calidad de la asistencia, un aumento de los errores de los
profesionales tasas mayores de ansiedad o depresión y un deterioro de la
situación laboral plasmado en un aumento de las bajas por estrés y la sensación
de humillación en el ambiente profesional. En
los Annals
of General Psychiatry, Reem Jarrad y colaboradores estudian el
fenómeno en enfermeras centrándose en particular en el abuso de drogas como
una dimensión disfuncional del cuadro.
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