El
suicidio de una persona ingresada en un hospital sigue siendo un problema
de seguridad importante. A pesar de la gravedad de los suicidios acaecidos
durante la hospitalización, la incidencia real es poco conocida en la mayoría
de los países.
Este
estudio proporciona la primera estimación basada en
datos del número de suicidios durante el ingreso por año, en hospitales de los
Estados Unidos. Se estima entre 48,5 y 64,9 suicidios al año en personas
ingresadas en un hospital, de los cuales tres cuartas partes ocurren durante el
ingreso psiquiátrico (73.9%). El ahorcamiento fue el método más común de
suicidio hospitalario, representando el 70.5% de todos los eventos de suicidio
en pacientes hospitalizados. De ellos, la puerta, el tirador o la bisagra
fueron los puntos de fijación más utilizados (53.8%) y no sorprende que más del
90% de los suicidios ocurrieran en espacios privados como el baño, el
dormitorio, el armario o la ducha.
El rango estimado de suicidios en
pacientes hospitalizados presentado en este estudio es muy inferior a la cifra
de 1.500 por año ampliamente citada en estudios clásicos, que parece haberse
basado en la especulación.
El análisis de los métodos de suicidio
para pacientes hospitalizados sugiere que los esfuerzos de prevención
hospitalaria deben centrarse principalmente en la mitigación de los riesgos
asociados con la suspensión. En este sentido, la Joint Commission estableció la
prevención del suicidio como objetivo nacional de seguridad del paciente en
2007, y ha publicado tres alertas de eventos centinela para proporcionar a los
hospitales y otras organizaciones de atención médica orientación sobre cómo
pueden prevenir los suicidios. Estas y otras recomendaciones de prevención se
han centrado en realizar evaluaciones de riesgo, mejorar la seguridad del medio
ambiente (por ejemplo, eliminar puntos de ligadura) e implementar estrategias de
mitigación de riesgos (por ejemplo, políticas y procedimientos de observación
de protección).
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