Con más de un año de retraso (el 18 de enero de 2016 finalizaba el
lazo dispuesto por la Directiva 2013/55 de la UE para que los estados miembros
adoptaran las disposiciones de todo tipo reglamentarias para dar cumplimiento a
las previsiones de reconocimiento profesional) se aprobó en nuestro país el Real Decreto
581/2017. La importancia de esta normativa
radica en establecer el marco de reconocimiento mutuo de las cualificaciones
profesionales (imprescindibles para que sea posible el empleo cualificado)
dentro de la Unión Europea, que facilite tanto la movilidad académica como
profesional. Tal y como comenta la OMC española (Médicos y Pacientes) esto va a
suponer novedades importantes para la profesión médica, ya que “simplifica las
normas existentes y acelera los procedimientos de reconocimiento, garantizando
al mismo tiempo que los profesionales cualificados que deseen trabajar en otro
Estado miembro cumplan los requisitos del país de acogida”. Se automatiza el
reconocimiento, facilitando notablemente el proceso, sin reducir los requisitos
de formación y generando un sistema de dispensas que resulta en mayores
facilidades para la movilidad profesional. La directiva establece también
marcos comunes de formación y un sistema de créditos europeos.