Soledad
Valle informa en Diario Médico de que un Juzgado de lo Penal de León ha
condenado a un año de prisión y tres de inhabilitación a una médico por su
actuación como residente de primer año en el servicio de Urgencias de un
hospital. La sentencia impone la pena mínima por homicidio imprudente y recoge
el acuerdo al que llegan las
partes en litigio de indemnizar a la familia recurrente con 200.000 euros
renunciando así a emprender acciones en vía civil. Entre otros argumentos, la
condena alude a la omisión de pruebas diagnósticas para descartar un ictus,
a una paciente que terminó fallecido cinco días después por una derrame
cerebral, y al hecho de que la residente no requirió la supervisión o actuación
conjunta de su adjunta.
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